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Reforestadora El Tesoro, 20 Años Sembrando Futuro
Hoy la gran mayoría de las empresas y de los empresarios alrededor del mundo buscan que sus emprendimientos no solo sean exitosos a nivel económico, sino que además a través de ellos, se logre hacer una inversión social responsable, una forma de invertir en las comunidades en que se desarrolla el negocio; a esto se llama Responsabilidad Social. Se trata de una contribución voluntaria encaminada a mejorar el entorno social, ambiental y económico, no solo de los trabajadores de una empresa, sino también de sus familias y de la comunidad en que se desarrolla.
¿Como se le puede devolver a una tierra que se ama algo de lo mucho que nos ha dado?
Pues Pedro Ojeda Visbal ha encontrado en la reforestación, la manera de contribuir a Córdoba y a su gente. Son ya más de veinte años sembrando en la Reforestadora el Tesoro, no solo árboles sino también futuro, mejorando la vida de esas comunidades, y devolviendo el hábitat a especies animales y vegetales en peligro. Ubicada en la Hacienda Rancho Oculto, en el municipio de Planeta Rica, y Patio Bonito en Montería, Departamento de Córdoba, El Tesoro se dedica a la siembra, extracción, transformación, resiembra y comercialización de la Teca, y a su vez a la regeneración y recuperación natural de bosques nativos, y al sostenimiento de la fauna y la flora de esta región.
Roble, Abarco y Santa Cruz hacen parte de los bosques nativos sembrados entre 800 hectáreas de Teca, que han revitalizado los ecosistemas permitiendo a su vez el desarrollo de hábitats, facilitando la llegada de especies nativas como: Aves, Gallina de Campo, Pava Congona, Guacharaca, Gallineta. Felinos como Puma, Tigrillo o Gato de Monte. Reptiles: Mapana de 1,80m, Boas. Anfibios: Iguanas, Lagartos y el llamado Morocoy, que se han multiplicado gracias al cuidado de estas áreas protegidas.
La reforestadora El Tesoro, tiene influencia directa en zonas azotadas por la violencia y por el desplazamiento. Esta empresa trajo estabilidad laboral y con ella el mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores y de sus familias. Córdoba es una región ganadera por historia y tradición, y esta actividad genera, contrario a lo que podría pensarse muy pocos puestos de trabajo, pues se contrata un empleado por cada 50 hectáreas. La reforestadora genera entre 10 y 12 trabajos fijos por hectárea; estos empleados reciben un sueldo mensual y todas las prestaciones sociales de ley. Los trabajos temporales producen entre 10 y 11 jornales adicionales beneficiando las comunidades circundantes a las plantaciones, dándoles estabilidad económica. Es importante resaltar que las haciendas donde se desarrolla el negocio, están ubicadas en zonas apartadas donde los empleados deben viajar kilómetros para asistir a su trabajo. Aquí Pedro Ojeda recuerda que para el año 2000 cuando iniciaron el negocio algunos de los trabajadores debían viajar entre 10, 12 y hasta 15 kilómetros en burro, a pie o en bicicletas para llegar a tiempo; hoy lo hacen en moto.
Son muchos los aspectos que han cambiado en la vida de las comunidades alrededor de la reforestadora y esto hace sentir al empresario cordobés, muy orgulloso. Este tipo de proyectos debe desarrollarse de manera integral, de la mano de las instituciones del estado; en este caso el SENA regional Córdoba vio la necesidad de abrir programas que capacitaran a la población en labores de vivero, y fue así como se capacitaron los primeros 13 jóvenes que empezaron su labor en la germinación de las semillas en el Tesoro. Más adelante se hicieron capacitaciones destinadas a la Poda y Manejo de Plantaciones. Los trabajadores que han recibido estas capacitaciones, han entregado sus conocimientos a otros dentro de la empresa y fuera de ella. La asistencia técnica de un ingeniero forestal ha dado herramientas a los trabajadores para el manejo del cultivo, el cuidado de los bosques nativos y de teca.
La conciencia ambiental y la búsqueda de actividades económicas amigables con la naturaleza, han hecho que empresarios como Pedro Ojeda vean en los cultivos sustentables la oportunidad de tener un negocio exitoso que trabaja en armonía con el planeta. Es así como diversifica su negocio y lo lleva a Estados Unidos, esta vez con la siembra de Palmas ornamentales. Con su base en Clewiston Florida, Ojeda produce elegantes y hermosas Palmas Canarias, Silver Bismarck, entre otras que se utilizan en el diseño de jardines y de paisajismo en todo el país. “La base de mi desarrollo personal y profesional ha sido y sigue siendo el campo, a él le debo todo. Buscar negocios sostenibles que trabajen en armonía con el planeta y que nos permitan apoyar comunidades enteras es nuestra responsabilidad” afirma Pedro Ojeda Visbal.
